En el año 2022, el precio de las viviendas en CDMX subió entre un 9 y 10% con respecto al año 2021, lo que hizo que los ciudadanos de la capital se la vieran más difícil para poder adquirir una vivienda propia.
Para Leonardo González, analista de Real Estate de la firma, el año 2022 fue de incertidumbre porque las elevadas tasas de interés y la inflación fueron factores que se tradujeron en tasas hipotecarias más grandes.
Esto influyó en que se disminuyera la actividad en el sector inmobiliario.
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De acuerdo con la información de la Asociación de Bancos de México (ABM), las tasas bancarias aumentaron en menor proporción que la tasa de interés del Banxico y de hecho, la relacionada a la vivienda solo creció 0.37 puntos porcentuales al promediar 9.63%
“Los créditos hipotecarios en nuestro país siguen en un dígito a pesar del incremento de las tasas, por cierto, hoy subió la Fed 0.5, veremos mañana qué hace el Banco de México. Pero hoy todavía se pueden conseguir créditos a un dígito y eso obedece a la competencia”, aseguró el presidente de la ABM, Daniel Becker, en diciembre pasado.
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En ese sentido, Leonardo González dijo que durante el año 2022, los inventarios se movieron más lento, y por ende, la compra de inmuebles vivió una reducción en los parámetros básicos, pero no hubo más expectativa por parte de los usuarios de cuándo, dónde y en qué momento adquirir una casa.
“En la medida que una vivienda es más cara, basada en su precio unitario, el metro cuadrado adicional es más barato. El precio por metro cuadrado de un departamento es más caro que el de una casa, ya que esta tiene más metraje y espacio disponible”, afirma González.
También, indicó, se observó una contracción del segmento de interés social y una escasez de inventario, lo cual impactó principalmente a la población de ingresos más bajos y con mayor rezago habitacional.
Para 2023, el analista prevé que el sector tenga un mayor crecimiento, ya que las viviendas representan entre el 30 y 40% de importancia en el balance de ingresos. Estas se consideran bienes de consumo de primera necesidad y de alta relevancia que permiten ajustar el resto de los bienes y servicios.